sábado, 17 de abril de 2010

SOBRE DENUNCIA

Estimada Comunidad Universitaria:

Es una real verdad que existen actos reprochables, como dañar la propiedad pública, y que en más de alguna ocasión alguno de nosotros ha sido responsable de ello, eso no está en duda. También es malo, sin embargo, hacer difusión pública - no sólo a nuestros compañeros, sino también a administrativos, docentes y autoridades - de una situación completamente externa al quehacer académico, utilizando además palabras completamente desmesuradas (Como "delincuente"), en la que se involucra a algunos estudiantes, indicándoles además con nombre y apellido; me parece igual de malo y dañino, ya que, al hacerlo, sólo se puede colegir como motivación el albergar malas intenciones, aún cuando, en esta ocasión creo firmemente que no fue así, porque sé que Sandra no es ni por casualidad una mala persona. Pero tampoco lo es Juan Pablo o cualquiera de sus compañeros, a los cuales conozco personalmente.
A los representantes estudiantiles nos corresponde aconsejar a nuestros compañeros, llamarles la atención, pero también resguardarles. Es por eso que quisiera, con este correo, expresar mi deseo de que un mal proceder, acaecido fuera de la Universidad (La cual además no puede ser asociada a él) no signifique en ningún caso un perjucio en el área acdémica para los compañeros acusados. Podemos escucharlos, darles oportunidad de defenderse, creer a uno o a otro, pero en ningún caso podemos hacer repercutir este hecho en el porvenir académico de estos estudiantes; eso porque, aunque también es un ente formador, la Universidad se entiende con adultos que se hacen responsables por sus acciones fuera del ámbito educacional, por lo que cualquier castigo académico sería injusto, improcedente y éticamente incorrecto.
Estoy seguro de que, si alguno de mis compañeros de Campus ha actuado mal o inapropiadamente hacia la Comunidad que lo acoje, estará presto a buscar cómo reparar el daño causado y no volver a causarlo. Eso es, a todas luces, muy deseable y por demás suficiente, como pago al oprobio. Creo que las representaciones estudiantiles debemos velar para que esto sea así, ni más, ni menos.
Finalmente, en mi personal opinión, creo que Sandra tuvo un buena intención al informarnos de este suceso, más bien formadora que inquisitiva, pero siento que la forma no pudo haber sido más incorrecta. Los problemas de los estudiantes se solucionan entre los estudiantes y, si es necesario, se acude a otras instancias, en ese orden; así lo hacen también los otros estamentos, ya que, es lo más justo.
Todos cometemos fallas a diario porque es inherente a nuestra humilde condición de humanos, y es en la juventud donde estos errores son más espectaculares, de eso no podemos olvidarnos.
Un abrazo a todos ustedes, se despide atentamente,

Francisco González Riquelme
Estudiante de VI año de Medicina

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